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El Mecanismo Respiratorio Primario en Osteopatía ¿Qué es? ¿cuales son sus características y qué supone para la salud humana?

La osteopatía craneal se fundamenta en el fenómeno del movimiento o mecanismo respiratorio primario. En ingles se conoce como CRANIAL RHYTHMIC IMPULSE.

Este mecanismo se propaga por todo el cuerpo y se debe considerar como una unidad funcional fisiológica del cuerpo.

Presenta dos características a nivel craneal:

  • En primer lugar, existe un movimiento interno rítmico que parece ser la verdadera fuerza motriz de este mecanismo. Los americanos lo llaman Cranial Rythmic Impulse (C.R.I.).
  • En segundo lugar, existe una «flexibilidad» de los huesos craneales que se potencia por una movilidad de las suturas craneales. Estas hacen que el movimiento sea palpable desde fuera.

¿A qué está ligado el Mecanismo Respiratorio Primario?

Este movimiento está ligado a 5 fenómenos.

Podemos decir que 3 son activos:

  • Existe un movimiento propio del cerebro y de la medula.
  • Existe un mecanismo de fluctuación del líquido cefalorraquídeo (LCR).
  • Existen movilidades con tensión reciprocas intracraneales e intrarraquídeas de las membranas.

Y 2 son pasivos:

  • Existe una movilidad de los huesos craneales.
  • Existe una movilidad del sacro entre los ilíacos.

Aun así, para compréndelo mejor hemos de dar algunas precisiones sobre estos puntos:

El movimiento propio del cerebro y de la médula

El cerebro y la médula, como las vísceras del cuerpo, tienen una motilidad. Toda la sustancia nerviosa se retrae sobre ella misma y se relaja a un ritmo propio. A este ritmo lo podemos llamar motilidad (capacidad intrínseca de un órgano para moverse por sí mismo) respecto al mismo fenómeno de los otros órganos del cuerpo.

Dentro del cerebro existen 100 mil millones de células gliales (neuroglía) cuyo papel es alimentar, sostener y separar unos 2O mil millones de neuronas.

Cuando se observa el cerebro de una persona viva, se ven varias ondas de movimiento:

  • Una onda que corresponde al ritmo cardiaco.
  • Otra que corresponde a la respiración pulmonar.
  • Una tercera que puede ser, según Magoun, proveniente de la cinética embriológica de desarrollo y de enrollamiento de los hemisferios.
  • Y, por último, una onda con pulsaciones propias: al final se percibe escuchando un cráneo una pulsación de 10 a 14 ciclos cada minuto. A esta los americanos la llaman CRI, es decir, Cranial Rythmic Impulse.

Los trabajos actuales muestran que este CRI se parece a la «onda de Traube Hering Mayer» (THM).

Esta onda es una fluctuación de unos 6 a 10 ciclos por minuto que existe entre la presión arterial, el ritmo cardiaco, el flujo sanguíneo pulmonar y cerebral, el movimiento del líquido cefalorraquídeo y el flujo sanguino periférico, y respecto a la termorregulación.

Este THM existe sobre todo el cuerpo, independientemente de la respiración.

Hay una experiencia de correlación entre THM y CRI, con una sonda de caudal de láser-dopler intracraneal que estudia la velocidad del flujo sanguíneo antes y después de un tratamiento osteopático craneal.

Se concluye que la manipulación craneal influye sobre la velocidad del flujo sanguíneo respecto a las frecuencias bajas de Traube Hering Mayer.

Sabemos que esas frecuencias bajas se controlan con la actividad parasimpática y simpática. Y eso nos permite decir que la manipulación craneal influye sobre el sistema nervioso autónomo.

Fluctuación del líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo o LCR es un líquido que se parece más o menos a la linfa. Se encuentra dentro de todos los espacios subaracnoideos (entre cráneo y membranas), dentro de los ventrículos y dentro del canal central de la medula.

Sutherland proponía elementos respecto al LCR:

Existe una fluctuación fisiológica hidrodinámica y bioeléctrica (positivo/negativo) del LCR que afecta físicamente a todo el cuerpo.

¿De dónde viene el origen de esta fluctuación?

Las células tienen un potencial eléctrico y hay variaciones de presión del LCR (10 mbars), pero eso no es suficiente para mover un líquido de un modo autónomo.

Esa dinámica será el resultado de fuerzas activas:

  • Movilidad de los hemisferios cerebrales.
  • Respiración torácica.
  • Circulación arteriovenosa.

La mecánica de tensión recíproca de las membranas craneales respecto a la dinámica del LCR es más activa que pasiva, como se decía antes.

La mayoría de la producción del LCR, alrededor del 80 %, pasa a nivel de los plexos coroides y, sobre todo, de los ventrículos laterales. El 20 % restante viene del plasma.

Tenemos unos 150 ml de LCR que se renueva 3 o 4 veces al día.

El LCR pasa de los ventrículos laterales al Tercer ventrículo por los agujeros de MONRO (azul). Después, pasa dentro del Ventrículo IV por el acueducto de SYLVIUS (rojo); sube dentro del sistema periférico subaracnoideo alrededor de los hemisferios por el agujero de MAGENDIE (verde) y los agujeros de LUSCKKA (malva).

Después se produce un fenómeno de resorción del LCR que concierne al sistema venoso y al sistema linfático:

  • La mayoría del LCR se reabsorbe dentro del sistema venoso aracnoideo de los senos venosos craneales y dentro de las venas espinales.
  • Otra parte del LCR circula cerca de los nervios craneales y llega a los ganglios linfáticos.
1. Seno sagital superior.
2. Seno sagital inferior.
3. Seno transverso.
4. Plexo venoso basilar.

Durante la inspiración craneal aumenta el volumen de los ventrículos y la presión de las estructuras cerebrales, y estimula los mecanorreceptores de las suturas craneales.

Eso produce la espiración craneal con una absorción del LCR por parte del sistema venoso, en la parte anterior del seno recto, produciéndose el siguiente ciclo.

Entendemos que la presión craneal de la sangre influencia el LCR.

Este LCR sirve de medio de regulación hidráulico frente a las presiones externas o las variaciones bioquímicas, además de para equilibrar las presiones intracraneales.

La presión del LCR se modifica según 3 factores:

  • El volumen del LCR.
  • El volumen del tejido nervioso.
  • Las variaciones de presión venosas (inspiraciones torácicas, tos fuerte y durante los esfuerzos abdominales).

El LCR está relacionado y puede continuarse con el líquido intersticial del cuerpo. Los isótopos introducidos dentro del LCR se encuentran rodeando los nervios ciáticos, dentro del hígado y dentro del tejido conjuntivo de todo el cuerpo.

Membranas de tensión recíproca

La fluctuación del LCR repercute sobre los huesos craneales y sobre todo el esqueleto. Esta transición se produce por la acción de las membranas intracraneales e intrarraquídeas.

Desde un punto de vista mecánico, solo nos interesa la duramadre.

La motilidad de la estructura nerviosa y la fluctuación del LCR son motores del Mecanismo Respiratorio Primario.

Este fenómeno de MRP depende de 2 sistemas:

  • La posible movilidad de los huesos craneales mediante las suturas.
  • El sistema alternativo de tensión y de alojamiento de las membranas intracraneales e intraespinales.

Las membranas que rodean el sistema nervioso son la piamadre, la aracnoides y la duramadre.

Aun así, hay algunas teorías modernas que dicen que existen solo 2 membranas:

  • Una meninge dura o paquimeninge.
  • Una meninge blanda o leptomeninge.

Un espacio entre las dos que se separa en la superficie en estructura aracnoides, y en profundidad en estructura glial de la piamadre.

La duramadre

Constituye un fuerte revestimiento fibroso de los huesos craneales y del foramen magnum. Se continúa por la dura madre espinal.

Está formada por 2 hojas:

  • Una hoja externa: que se inserta sobre el periostio interno de los huesos.
  • Una hoja interna: cuyos desdoblamientos forman los senos venosos, y con las expansiones separa la caja craneal en 4 partes mediante:
    • La hoz del cerebro.
    • La tienda del cerebelo.
    • La hoz del cerebelo.

La hoz del cerebelo

Se puede describir como un tabique medial y sagital que parte el cerebro en dos hemisferios cerebrales: derecho e izquierdo. Se inserta en su parte anterior sobre la apófisis Crista Galli.

Su borde superior periférico se inserta sobre la sutura metópica del frontal, sobre la sutura sagital de los parietales y sobre la protuberancia occipital interna. Además, delimita el seno venoso sagital superior.

Su borde inferior central rodea el cuerpo calloso y delimita el seno venoso sagital inferior.

En su parte posterior, se inserta sobre la parte media de la tienda del cerebelo y delimita el seno recto.

La tienda del cerebelo

Situada en la parte posterior del cráneo, separa horizontalmente el cerebro (por encima) del cerebelo (por abajo).

  • La parte periférica o gran circunferencia: viene de las apófisis clinoides posteriores, sigue el borde superior del peñasco temporal, con el seno petroso superior, y se continúa sobre el occipital, con el seno transverso lateral hasta la protuberancia interna occipital.

La parte central o pequeña circunferencia: viene de las apófisis anteriores y deja en el centro el sitio del tronco cerebral mediante el foramen oval de PACCHIONI, que será un orificio fibroso indeformable.

La hoz del cerebelo

Parece continuar la hoz del cerebro por debajo de la tienda.

Se inserta en su borde posterior en la parte medial del occipital, hasta la parte posterior del foramen magnum, y forma el seno venoso occipital.

La duramadre espinal

Está contenida dentro del canal vertebral. Se inserta alrededor del foramen magnum del occipital hasta C2 y baja de un modo libre para insertarse en el sacro al nivel de S2.

Contiene por arriba una parte del bulbo y, después, la medula espinal hasta L2. A continuación encontramos la cola de caballo con sus nervios lumbares y sacros.

Esas estructuras intracraneales e intraespinales constituyen un doble sistema:

  • Un sistema sagital medial que mantiene unida la apófisis Crista Galli del etmoides al occipital y a S2. Explica por qué cuando la duramadre se extiende, el sacro se verticaliza.
  • Un sistema horizontal que mantiene la base del cráneo, la tienda del cerebelo.

En el centro de este sistema ortogonal se encuentran la hipófisis con su tienda y la epífisis cerebral (Glándula Pineal).

Esa unidad forma las membranas de tensión recíproca, que estarán siempre con modificaciones de tensión respecto al Mecanismo Respiratorio Primario.

Esas membranas controlan y limitan este Mecanismo Respiratorio Primario y el punto de equilibrio «punto cero», casi inmóvil, de esta mecánica se encuentra en la zona del seno recto. Se llama «fulcrum de SUTHERLAND» porque es el punto de equilibrio del Mecanismo Respiratorio Primario.

Además del papel de mantener las estructuras del cerebro, del cerebelo y de absorber las variaciones de presión cuando hay golpes, esas membranas tienen un papel de transmisión mecánica. Transmiten el CRI a los huesos de inserción y las tensiones intracraneales a las estructuras fasciales extracraneales mediante las expansiones de la duramadre por los huecos de la base del cráneo.

Ahora vemos la parte que resulta de este Mecanismo Respiratorio Primario. Será:

  • La movilidad de los huesos del cráneo.
  • Y la movilidad involuntaria del sacro entre los ilíacos.

La movilidad de los huesos craneales

Todas las estructuras del cuerpo manifiestan su función a través de su anatomía.

Si las suturas craneales existen, será para alguna utilidad. Si no la tuvieran, desaparecerían al final del crecimiento. Además, ¿por qué existen los diferentes huesos? Se podría hacer un cráneo basal cartilaginoso y una bóveda membranosa, y punto.

Esas preguntas fueron las que formuló SUTHERLAND, y propuso la idea de que los huesos del cráneo presentan biseles que permiten un movimiento articular, que a su vez permite el Mecanismo Respiratorio Primario.

Las suturas se mantienen porque brindan una pequeña permisividad de movimiento y, además, los cambios de biseles forman pivotes muy fuertes. Así, con dos pivotes se forma un eje de movimiento.

El crecimiento se da a través de las suturas. (Ver teorías del crecimiento craneal).

La movilidad del sacro entre los ilíacos

El sacro tiene dos tipos de movilidad:

  • Una movilidad funcional: Viene de la forma de las articulaciones en «L» sacroiliacas que producen la nutación y la contranutación.
  • Una movilidad fisiológica: El sacro hace un movimiento de verticalización o de FLEXIÓN y de horizontalización o de EXTENSIÓN ligados a los movimientos del cráneo mediante la duramadre espinal.

El eje horizontal de movimiento se sitúa a nivel de S2.

Al final, podemos decir que el Mecanismo Respiratorio Primario es el fenómeno de motilidad propia del sistema nervioso central o CRI que, mediante la fluctuación del líquido cefalorraquídeo   controlado con la tensión de las membranas de tensión recíproca (MTR), produce una movilidad rítmica de los huesos del cráneo y del sacro entre los iliacos que se propaga a todo el cuerpo.

Podemos hablar de 2 fases de este Mecanismo Respiratorio Primario de 10 o 12 ciclos cada minuto:

-La fase de inspiración, flexión.

-La fase de espiración, extensión.

Los movimientos propiamente dichos

Flexión y extensión craneal

Al final, este Mecanismo Respiratorio Primario produce un cambio de presión y de tensión de las membranas, de los huesos del cráneo y del sacro, que se van a poder verificar con una palpación suave del cráneo, del sacro o de cualquier parte del cuerpo.

Flexión craneal

En fase de inspiración del IRC vamos a encontrar lo que se llama flexión craneal.

Durante esta fase de flexión:

  • Toda la sustancia nerviosa craneal y médula se contrae sobre ella misma.
  • Hay contracción activa de los hemisferios.
  • Los hemisferios no cambian de volumen global, pero sí de forma, reduciendo el diámetro sagital y aumentando el transversal.
  • Los ventrículos hemisféricos aumentan su diámetro lateral.
  • El tercer ventrículo sube y trae con él la hipófisis.
  • El cerebelo, como los hemisferios, se alarga transversalmente.
  • La médula se compacta y se acorta, tirando del sacro mediante la duramadre.

El líquido cefalorraquídeo durante esta fase fluctúa, como ya lo describimos: de los ventrículos laterales va al tercer ventrículo y al cuarto, para salir dentro de los espacios subaracnoideos y, al final, rodeando los nervios craneales y espinales, este líquido se propaga a todo el organismo.

Las membranas de tensión recíprocas reciben y controlan este IRC.

Durante la inspiración MRP.

  • La hoz del cerebro:
    • Se estira desde su inserción anterior, hacia atrás y arriba. 
    • Se estira desde su inserción posterior del seno recto, hacia abajo y con el occipital hacia atrás.
    • El borde superior se destensa y desciende.
  • La tienda del cerebelo:
    • Desciende en su parte correspondiente del seno recto.
    • Se alarga y se horizontaliza lateralmente
  • La hoz del cerebelo:
    • En su borde superior, desciende por debajo de la tienda y se tiende un poco atrás con el occipital.
    • Su extremidad inferior, que se continúa con la duramadre, se tiende adelante y un poco arriba.
    • Al final, el alargamiento de la tienda recupera la bajada de la hoz del cerebro y la subida de la hoz del cerebelo.
  • La duramadre espinal:
    • En su parte superior sigue el foramen magnum y va hacia adelante y arriba.
    • Toda la duramadre es lisa hacia arriba.
  • Los huesos del cráneo:
    • Se mueven según sean huesos de la línea central o huesos periféricos.
  • Los huesos de la línea central son:
    • Vómer, cuerpo del esfenoides, parte basilar y escama del occipital.
  • Los huesos periféricos son:
    • Palatinos, maxilares, unguis o nasales, frontal, alas del esfenoides, parietales, temporales y partes laterales del occipital.

El mecanismo parece nacer desde la sínfisis esfenooccipital:

  • El esfenoides influye en los huesos anteriores del cráneo, menos en la mandíbula.
  • El occipital influye en los huesos posteriores.

Con la fase de inspiración del Mecanismo Respiratorio Primario, los huesos de la línea central del cráneo hacen una flexión y los periféricos una rotación externa.

Eso se llama: LA FLEXIÓN CRANEAL.

Tenemos una modificación por lo menos virtual de los diámetros del cráneo durante la misma:

  • El diámetro sagital disminuye.
  • El diámetro transversal aumenta.
  • La bóveda desciende.
  • El paladar baja y se alarga.
  • Todos los diafragmas del cuerpo bajan y se alargan.

Extensión craneal

Los huesos de la línea central hacen una extensión, los periféricos una rotación interna y todo lo que se describe para la flexión se invierte.

Durante la espiración del Mecanismo Respiratorio Primario.

Eso se llama: LA EXTENSIÓN CRANEAL.

La llave ósea de este mecanismo es la sincondrosis esfenobasilar.

Mantiene toda la vida una flexibilidad, empezando su ciclo durante la vida intraútero (y se cree que continúa unos 20 minutos después de la muerte).

Ahora describimos el movimiento general de los huesos durante la flexión (se estudiará después con cada hueso):

FLEXIÓN

Los huesos impares centrales hacen un movimiento de ruedas dentadas uno respecto a otro.

La sincondrosis esfenobasilar sube, aumentando su convexidad superior.

El esfenoides: Gira en torno a un eje transverso horizontal que pasa delante y al nivel del fondo de la silla turca:

  • La parte posterior del cuerpo sube.
  • La parte anterior del cuerpo baja.

El occipital: Gira en torno a un eje transverso y horizontal que pasa a través de las apófisis yugulares:

  • La apófisis basilar va hacia adelante y sube
  • La escama baja y adelanta.

El etmoides: Gira en torno a un eje transversal y horizontal que pasa por medio de la lámina vertical y bajo la lámina horizontal:

  • Su parte posterior desciende.
  • Su parte anterior sube.

El vómer: Gira en torno a un eje transverso y horizontal que pasa por el medio del vómer:

  • La parte posterior de su borde inferior baja.
  • La parte anterior de su borde inferior sube.

Los huesos pares periféricos: Todos los huesos hacen una rotación externa que se transmite mediante las cadenas fasciales superficiales a los miembros.

Las alas mayores del esfenoides: Van afuera, abajo y adelante.

Las apófisis pterigoides: Van afuera, abajo y atrás.

Los palatinos: Las apófisis piramidales van como las apófisis pterigoides, pero reduciendo el Mecanismo Respiratorio Primario, afuera, abajo y atrás.

Los maxilares: Cada maxilar hace una rotación externa alrededor de un eje vertical que pasa por la rama ascendente de cada hueso.

Los malares: Cada malar hace una rotación externa o eversión en torno a un eje oblicuo de atrás adelante y de fuera adentro. Este malar está influenciado por el esfenoides con el frontal, y por el occipital con el temporal.

Los frontales: No hay un frontal, sino dos frontales unidos mediante la sutura metópica. Cada frontal hace una rotación externa en torno a un eje vertical que pasa por la protuberancia y por la bóveda orbital.

Los temporales: Cada temporal está influenciado por el esfenoides en su parte anterior de la escama, pero mucho más influenciado por el occipital en su parte occipitiomastoidea.

El temporal tiene tres ejes de movilidad para su rotación externa:

  1. Un eje oblicuo de fuera adentro de abajo arriba y de atrás hacia adelante, que corresponde al eje que une la superficie yugular al ápex petroso y alrededor del cual se hace un movimiento de rotación externa en rueda dentada.
  2. Otro eje oblicuo sagital condiloescamomastoideo-esfenoescamoso alrededor del cual se hace la rotación externa.
  3. Un último eje transversal horizontal que pasa por el conducto auditivo externo y el centro de la ATM, alrededor del cual se hace una rotación anterior.

Los parietales: Hacen una rotación externa en torno a un eje casi sagital y horizontal oblicuo de atrás adelante, de fuera adentro, de abajo arriba.

La mandíbula: Su movilidad viene del occipital mediante el temporal. En realidad, la mandíbula viene de la unión de dos ramas que se reúnen en la sínfisis.

Durante la flexión:

  • El cóndilo mandibular va hacia adentro atrás y un poco abajo.
  • El ángulo de Gognaque va afuera.
  • El arco dental se alarga y baja a su parte posterior, y su parte anterior va un poco atrás.

El sacro: Mediante la continuidad inextensible de la duramadre (que los americanos llaman «core link») ya decimos que el sacro sigue el cráneo y hace una flexión.

La flexión del sacro se hace según el eje transverso de Sutherland al nivel de S2:

  • El ápex viene adelante.
  • El sacro viene vertical.

El raquis: Durante la flexión, todas las curvaturas disminuyen.

Las fascias: Las fascias superficiales del cuerpo bajan y las profundas suben.
Fisioterapeuta y Osteopata | Web

Diplomado en fisioterapia por la Universidad de Cantabria (2008). Director Instituto de Osteopatía y Terapias Manuales desde enero del año 2000. Profesor de Osteopatía Terapias Manuales y Postgrados de Fisioterapia desde 1996.

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