CONDROMALACIA ROTULIANA, CAUSAS Y DIAGNÓSTICO - Fisico.TV

CONDROMALACIA ROTULIANA: ¿CUÁLES SON SUS CAUSAS Y CÓMO DIAGNOSTICARLA?

La condromalacia rotuliana es una de las denominadas patologías femoropatelares sin desplazamiento. Entre estas patologías, además, podemos encontrar el síndrome de hiperpresión externa, la osteocondritis disecante y la rótula bipartita. Pero hoy vamos a centrarnos en la primera.

¿Qué es la condromalacia rotuliana?

La condromalacia rotuliana se describe como una lesión localizada y aislada del cartílago de la cara posterior de la rótula. Esta puede ser de varios tipos. Puede tratarse de un reblandecimiento, una fisura o una ulceración.

En estas imágenes podemos observar los diferentes grados de lesión cartilaginosa.

  • En el estadio I o estadio edematoso, el cartílago rotuliano muestra su reblandecimiento.
  • En el estadio II o estadio fisurado, podemos observar fisuraciones del cartílago.
  • En el estadio III o estadio ulcerado, podemos ver que hay dos opciones. Hay autores que lo dividen en localizado o extenso, y otros que lo dividen en III y IV respectivamente. En este caso podemos diferenciar, o bien lesiones localizadas, o bien extensas.

¿Cuál es la sintomatología de esta lesión?

La condromalacia se caracteriza por un dolor en la cara anterior de la rodilla que, a menudo, se manifiesta con mayor intensidad al sentarse y al subir o bajar pendientes y escaleras.

Se da con más frecuencia en mujeres de entre 15 y 35 años. ¿Por qué sucede así? Simplemente debido a su disposición pélvica, que aumenta el ángulo “Q” de valgo fisiológico con respecto al hombre.

¿Cuáles son las causas de la condromalacia rotuliana?

El origen de esta lesión suele encontrarse, principalmente, en uno de estos cuatro puntos:

  • Traumatismos directos.
  • Desgaste progresivo debido a una luxación externa de la rótula respecto a la tróclea intercondilar del fémur.
  • Otros tipos de descentrados rotulianos.
  • Modificaciones del ángulo “Q”.

¿Qué es el ángulo “Q”?

Para comprender bien esta última parte, necesitas saber qué es el ángulo “Q”. Y es que así se denomina al ángulo formado por el cuádriceps y el tendón rotuliano. Estos conforman una pareja de fuerzas que tiende a luxar la rótula hacia el exterior; es decir, la rótula se desplaza lateralmente hacia la parte externa y se sale de su sitio.

El surco rotuliano del fémur actúa como freno para dicha luxación, pero puede haber otros factores que se asocien, como son:

  • Una inserción anómala lateral del cuádriceps.
  • Una rótula hipoplásica (que no se ha terminado de desarrollar).
  • Una rótula alta por hipertonía del cuádriceps o bien por recurvatum de rodilla.
  • Genu flexum.
  • Genu recurvatum.
  • Una rótula baja.
  • Hiperanterversión del cuello femoral.
  • Genu valgo o hiperlaxitud.
  • Mala posición externa de la tuberosidad tibial anterior.
  • Torsión tibial externa.
  • Defecto del equilibrio muscular: insuficiencia de las fibras horizontales del vasto interno y de los músculos de la pata de ganso, tonicidad excesiva del vasto externo y del bíceps femoral y tensor de la fascia lata.
  • Defecto de estabilización pasiva: alerón interno distendido o roto, alerón externo engrosado o retraído.
  • Defecto propiamente femoropatelar: agenesia patelar o rótula plana.
  • Agenesia troclear o tróclea plana.
  • Tróclea convexa o baja.
  • Etc.

Es en este apartado donde el punto de vista de la terapia manual cobra mayor importancia. Esto sucede porque tiene en cuenta diversos factores que forman parte del descentrado rotuliano y que tienen una fácil solución. De hecho, suelen mostrarse como un factor favorecedor de la recuperación del paciente.

En este aspecto podemos destacar las rotaciones tibiales internas y las rotaciones tibiales externas.

A pesar de que esta no sea la única causa que ha generado el proceso degenerativo, puede mostrarse como un factor perpetuante o agravante del problema.

¿Cómo hacer el diagnóstico de la condromalacia rotuliana?

Para saber si te encuentras o no ante un caso de condromalacia rotuliana, debes hacer un buen diagnóstico. Para ello, has de seguir los siguientes pasos.

Anamnesis

El paciente refiere un dolor articular interno, profundo en la rodilla, que se acentúa al agacharse, al levantarse o al ponerse de rodillas.

Además, el test de cepillo rotuliano pone en evidencia un dolor acompañado de raspado de las superficies articulares.

Observación

En la observación debemos buscar:

  • Rotaciones tibiales.
  • Rotación de la cadera.
  • Genu valgo.
  • Genu flexum.
  • Genu recurvatum.

Examen físico

Al realizar este examen, debemos centrarnos en la movilidad activa y en la pasiva. Veamos cómo hacerlo a continuación.

Movilidad activa

Pediremos al paciente que realice una flexión y extensión de las rodillas. Después, que se ponga en cuclillas y se levante. Así podremos observar si:

  • Aparece dolor.
  • Evita hacer carga sobre la rodilla afectada.

Movilidad pasiva

En este punto, debemos prestar atención a dos cosas, el centrado rotuliano y el estrés rotuliano. ¿Cómo vamos a evaluarlos?

Centrado rotuliano

– Cráneo caudal

Con el paciente en decúbito supino, haremos una medición del tamaño de la rótula comparándola con el espacio entre el polo inferior de la misma y la tuberosidad tibial anterior.

Si la distancia entre el polo inferior y la tuberosidad tibial anterior es mayor que el tamaño de la rótula, diremos que tiene una rótula alta.

En caso de que la distancia entre el polo inferior y la tuberosidad tibial anterior sea inferior al tamaño de la rótula, diremos que tiene una rótula baja.

– Medio lateral

Con el paciente en decúbito supino, llevaremos a cabo un desplazamiento lateral y medial de la rótula. Lo compararemos con la extremidad sana y determinaremos así si existe un patrón predominante de desplazamiento, teniendo en cuenta que, en general, este suele ser externo.

Estrés rotuliano

– Prueba de compresión rotuliana.

Esta prueba se divide en dos fases claramente diferenciadas.

En la primera, solo comprimiremos la rótula en sentido perpendicular a la camilla con el objeto de averiguar si el choque rotuliano reproduce el dolor.

En la segunda fase, sin dejar de ejercer la presión anteriormente citada, desplazaremos la rótula en sentido cráneo caudal para aumentar el nivel de estrés.

Es muy importante no invertir el orden en esta prueba. La razón es que, con ella, tratamos de ir poniendo en evidencia el grado degenerativo del cartílago de forma progresiva. De esta manera, evitaremos someter al paciente a un dolor innecesario.

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